Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

El Sr. SAGASTA: No sabía quién era el candidato de que se trataba. Ahora ya sé que es mi amigo el Sr. Alegre; y tanto por esta razón como por decoro del Congreso es necesario que ya que no hay jurisprudencia establecida respecto a este punto, no se acepte la establecida por los Consejos provinciales, porque podría no ser la que al Congreso conviene. Por lo demás, el Sr. Diputado que acaba de hablar no ha destruido ninguna de las observaciones que hemos hecho a propósito del art. 7.° de la ley, porque no hay duda ninguna que en una sociedad cualquiera puede haber dos o tres o más personas con diferencia, en la participación.

Por lo tanto el decoro del Congreso y del candidato, que es amigo mío, exigen que se establezca aquí una jurisprudencia sobre este asunto; pero una jurisprudencia que no sea la que hay establecida en otras corporaciones, sobre las cuales está el Congreso. Yo suplico, pues, al Congreso que apruebe el acta, y que determine que los documentos pasen otra vez a la Comisión para que examine la aptitud legal del Diputado. Esto es de suma necesidad, y para el interesado más que para nadie. Ha habido un Sr. Diputado que ha ofrecido presentar dentro de dos o tres días documentos que prueben que no paga bastante contribución; y si esto sucediere, si esos documentos llegan, ¿cuál será la posición del Diputado? ¿cuál será la del Congreso? No tengo más que decir.